Me diste y me quitaste
el oro de las dichas.
Sembré sueños
Y coseché pesadillas.
El árbol de la despedida
no tiene sombra para dos.
Paso inadvertido en tu vida
como una luciérnaga de mediodía
Miente la ausencia
cuando dice que no estás.
Tu olvido es la pesadilla
de la que intento despertar.
Me atropella la indiferencia
con su ráfaga de caracol,
Se oye como llueven
las lágrimas del sol.
Y los estruendos del silencio
se llaman soledad,
se llaman ilusiones
que no trafican intimidad.
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Aclaración :este poema fue publicado en el viejo poémame pero le hice algunas modificaciones. Saludos.
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Sinmi
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Nostálgico y hermoso poema. Saludos poéticos.
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Muy bonito volver a leerlo compañero.
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Gracias por su lectura y comentario, Sinmi. Te mando un abrazo grande.
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Te agradezco la lectura, Marttucca. Se agradece su comentario. Te mando un abrazo.
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Mucha y bella melancolía en estos versos! Lo que dejamos atrás…
Hermoso poema, Martín! Un placer asomarme a tu rincón, amigo.
Abrazo grande!
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Gracias por todo, querida amiga. Se agradece y se valora su presencia en mi espacio. Te mando un abrazo grande!!
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