Los relojes blandos cuelgan
en las paredes de su mente
esos pulsos inciertos
son taquicardias de la realidad.
Sueña con un caballo encerrado
que entra en pánico.
Balbucea su historia desbocada.
El lenguaje es indomable.
Despierta de un letargo de diamantes
Los jeroglíficos de lo onírico
tienen un rompecabezas
íntimo y profundo como un mar.
Siente el tiro de la pregunta en sus ojos
¿Y si es el insecto el que tiene miedo
de despertar convertido en un ser humano ?
El duelo es un instante sin Dios.
Siempre me fascinaron los relojes blandos de Dalí, tienen mucha simbología. Tus versos también tienen simbología y mucho trasfondo…lo leí más de una vez.
Hermoso poema, Martín!
Gracias por tus palabras, querida amiga. A mí también siempre me fascinaron los relojes derretidos de Dalí. Siempre me impactó la idea de que el tiempo transcurre a una velocidad distinta en los sueños. Un minuto de un sueño puede ser toda una vida.
Te agradezco la lectura y el comentario, amiga. Te envío un abrazo grande.