Me pierdo en lo bello de tu pelo
y tal parece que no somos nada
pero nos ronda el mismo sentimiento.
Hay un poema largo y un beso estrecho
que ha vuelto a unir nuestros caminos.
A nosotros nos ha ido bien solos,
tú, dueño de nadie y yo, esclava de mí
como los finales que nadie entiende
y las películas que nadie ve.
Nunca nos hicimos tanta falta
como cuando nos dimos cuenta
de que ya no había nada más que esperar.
Todas las oportunidades, todas las caídas.
Todos los silencios.
Todo lo que vale se había ido a ningún lugar.
Y aunque parezca que ya no sé lo que quiero
sé bien donde buscar lo que me hace falta.
No voy a rogar cariño, pero si la noche te abandona,
ya sabes donde vive mi cama.
Yo tengo un lado protector de miserias.
Un corazón bajo en azúcar, pero picante al gusto.
Las ganas de volver al mismo lugar, ni a los mismos brazos.
Habría que empezar de cero para cometer nuevos errores.
Me encantaría equivocarme contigo