Sueñan los durmientes
que están despiertos.
Sueñan con un lecho
de espuma,
de luminoso cielo.
Y sueñan
que el sueño es verdadero.
Jamás los durmientes sueñan
fuera del sueño.
Sueñan que viven en los campos
de la eterna primavera.
Duermen los durmientes
ajenos a los escalofríos del tiempo.
Hilando con la baba
de su letargo,
los capullos donde se encapsulan.
Una envoltura
que los enajena
de la tristeza,
del frío,
del viento,
…de la vida.
Desde el sueño
sus ronquidos proclaman
que habitan, eternos
espacios oníricos,
sin retorno, sin despertar.