Los días sin ti
son como un duro golpe del silencio
que oyen los sordos oídos,
que oyen los marineros en su naufragio
y que en un atardecer mueren.
Son como una herida de piedra
que la piel desecha
a un imposible corazón sangrante.
Son como las finas plantas pobres
ilustradas en una angustia de Manet,
que en el aire palpadas
quedan solas
para que nunca sean más vistas,
para que cuando toquen la nada
que envuelve sus tallos muertos
puedan gritarle en silencio
al duro golpe de piedra
de unos sordos oídos
Desgarradoramente exquisito, Duval. Nostálgico, penetrante, hiriente, de fino tacto, de paladar contemplativo e inmersivo. En fin, un estruendo para esos sordos oídos. Felicitaciones. Un abrazo.