Los buenos tiempos

Eran tiempos para los libros.
El largo camino al mediodía, lejos del pan
y del bullicio, pero con una nueva historia
aprendida, con un nuevo objetivo.

Fue lo más cerca que estuve de Dios.
Su voz guiaba mis manos por los anaqueles.
Podía cerrar los ojos, olfatear el aire
como un sabueso que ha probado
el sabor de la tinta.

Qué importaba el almuerzo. La amplia milla verde
de un calvario querido. En mi mochila
llevaba todas las respuestas. Y fui feliz.
—Ahora que me detengo en la noche
y en mis pupilas arden las llamas del arte,
puedo decirlo: Fui feliz—.

Pero eran tiempo para los libros.
Beberse las palabras como hoy se recarga el teléfono.
Nutrirse para un discurso que ya no existe.
Eras buenos tiempos.
Eran.

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Me hiciste rememorar mis tiempos de devorar bibliotecas!

Muy bien!!

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Excelentes letras, querido poeta!!!- Un gusto pasar a leerle.

“Eran tiempos para los libros.
El largo camino al mediodía, lejos del pan
y del bullicio, pero con una nueva historia
aprendida, con un nuevo objetivo.”

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No son lo mismo ahora…Para mí las bibliotecas públicas suplían las carencias de una propia en la casa familiar. Yo también era muy feliz con los libros y siempre los leía a solas para que nadie me interrumpiera…Ahora que tengo una propia, me encanta revolver en las librerías o en los puestos callejeros…
Buenos tiempos y hermoso este poema, Noel!
Un abrazo.

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Me alegra mucho que este poema te trajera esos recuerdos, @JDuque. Un abrazo

Lo propio digo, @luciagomez1956 , siempre es un placer tenerte entre l@s lector@s de estos humildes versos.

Son los hábitos que nos quedan, mi estimada María. Un abrazo y siempre un placer leerte.

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