Padezco lo real que es esta jaula,
el lenguaje ininteligible de estos versos que naufragan
en el mar que crean mis lágrimas,
y me siento tan pesado que quizás quiebre la escarcha
con la fiebre que me tiene siempre en marcha
tras el rastro de algún astro que colapsa,
consumiéndome el papel por mi arrogancia
al querer ser lo que nunca pude sin tu magia,
que hoy presume allá en las nubes quién la alcanza.
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La jaula, ese peso, es la fiebre del poeta: desbordante y sin escape, quebrando escarchas en la búsqueda de un astro imposible.
Excelente todo !!
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