Me pides que busque la llave del cofre
que guarda la daga que empuña el olvido,
hay rastro en las marcas que arrugan tu frente
del tiempo pasado, del tiempo vivido.
Me ruegas que vuelva detrás de tus pasos,
siguiendo la ruta que marca el camino,
y ponga de nuevo en la piel de tus labios,
los besos no dados, los besos perdidos.
Olvidas que yo sólo vivo en tu mente,
que juego las cartas que marca el destino,
no soy del futuro ni soy del presente,
soy sólo el lamento de lo que no ha sido.
Muchas gracias Ana María. Para bien o para mal sólo podemos actuar sobre el presente o el futuro, lo que no ha ocurrido en el pasado sólo vive en nuestra mente como un lamento inútil. Saludos poetisa.
Amigo @Melchor, que hermosísimo manejo del ritmo y la idea. Me gustó bastante la musicalidad. Le arrancó unos hermosos pasos de ballet a la poesía con este poema!