He visto tu brillo atenuarse; tu escencia consumirse, el aroma de tu sonrisa desvaneserse y perderte en tus más profundos pensamientos.
Lo que vi no tiene nombre alguno, se cierne en lo más profundo de tu alma, aquella que hace tiempo irradiaba un tono melancólico y vago, cual corazón arraigado a la mentira y posterior sonrisa del pasado.
Te vi tal y como fueses antes, como aquella flor invernal, luchando por no ceder ante las inclemencias del tiempo; bastante depriorable a lo que oculta tu ser.
Lo que vi no puede ser resumido en una sola palabra, te vi, más allá de tu cuerpo, más allá de tu alma, pero cual estrella fugaz debes regresar al firmamento. Me duele aceptar que no pueda estar ciego, porque estándolo podría tener idea omisa de lo que llegaste a formar. Lo que vi… fue a ti, encontrándote con tu primigenio sentimiento reprimido.
Lp