Para tu mal, te he amado bien,
sacrifiqué mis arrestos como el peor de los locos,
soy nadie con nada, enemigo de lo rígido,
de la víctima y los arrepentimientos,
de la soledad, lo banal, y lo lógico,
y bendigo y perdono a este tipo,
que ha entregado su tiempo, su alma y su fe,
que ha mostrado su cuarto con polvo,
sus llagas, sus monstruos, su piel,
que ha buscado un biplaza para su corazón,
el ensueño cuando otros buscan poder,
que ha regado sus plantas sonriente,
cantando lo hermosa que eres
y tus besos al amanecer.
Lo que he hecho de mi vida
es quedarme contigo en silencio,
desconectar universos,
despertar con mil dioses,
y prender con tu nombre un incienso…
Y si te vengo a ver,
es pintar con amnesia
cada escarmiento del orbe
cuando no estás conmigo,
es soldar con tus ojos,
razones, respiros y también desatinos,
levantar una y otra vez
la dicha del suelo
a que labre un camino,
apostar con la muerte un instante,
porque tengo un motivo.