Lo poético: eso que te cautiva, te asombra, te conmueve al ‘ternurizarte’ —que, no necesariamente tiene por qué ser poemable porque lo poético es autónomo— lo permea TODO: desde un lirio que bermeja en sangres aperlado en el trémolo rocío de la mañana… o de la ocurrencia níñica de una mascota que sin saber, nos roba una sonrisa… o en ese ‘charm’ inexplicable en la morisqueta de un niño que sin esfuerzo nos derrumba los esquemas… Lo poético siempre ha estado allí —hasta en lo pútrido y la muerte hay trazos poéticos— sólo hay que ser lo suficientemente niño para poder ver la belleza oculta detrás de la máscara del horror.-
Chane García.
@ChaneGarcia.
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Excelente tema para esta prosa; lo poético pone belleza donde no la hay. Un gusto leerte.
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¡Gracias!
Yo siento una extraña fascinación por estos poetas raros, poco conocidos que, tienen ese no tan repartido don de, poder crear belleza a partir de temas poco utilizados en la poesía… la muerte, lo pútrido, el asco, lo horroroso, el miedo, el amor desamorado —cuando cuenta la historia, pero desde el otro lado de la acera, o sea, ese amor que habla desde el odio, la venganza o la renuncia de la poca dignidad por la falta de autoestima… De todos estos temas, se pueden hacer poemas realmente interesantes.
Para muestra un botón: LA CARNE NO TIENE RUIDO de Carlos Contramaestre, una belleza de poema donde Carlos nos pormenoriza los detalles de la muerte.
Salustio González Rincones, cuando se enfermó de sífilis, esto lo motivó de tal manera que, de esa circunstancia salió publicado ese poemario titulado: «Trece sonetos con estrambote a Σ», toda una delicia donde Salustio va desgranando, poéticamente, las vicisitudes de esa enfermedad… No tengo el poemario, pero he leído los sonetos.
Conseguir poemarios de Salustio es sumamente difícil, pues sus poemarios —en español— fueron publicados en Francia y los pocos que llegaban a Venezuela era obviamente de la mano de viajeros que, se lo traían casi como un “souvenir”.
Saludos.
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