Musica de lluvia en el tejado,
que el silencio tamiza y la noche limpia,
velamen que la imaginación despliega.
Las canales gotean en la acera
y se siente el frescor en la piel.
Epifanía melódica,
suavidad, ternura,
olor de tierra mojada,
vigor del renacer
de la semilla,
de la rosa, de su florecer.
Modesta lluvia campesina,
fecundadora de esperanza,
de la espiga y la mazorca,
que llora y alimenta.
Que corre por las acequias
de los jardines con alegría,
que canta en los arroyos
y con las piedras en las riberas.
De la infancia,
de la espera,
lluvia delicada
que me ama
que me sueña,
que me calma.
Lluvia…
lluvia…
lluvia…