Contemplabas sin prisa mi tristeza
en el amargo vaso que vaciabas…
Llueve.
Y hay baldosas mojadas en la radio.
Y cosas que tienen que ver
con la tristeza,
y la desesperanza.
Es tarde,
y sí que estoy solo,
sin esa corona que extraviaste,
en algún jardín de la nostalgia.
Que sigue atormentándome el amor,
que sangró de repente.
Llueve.
Y no hay valientes
con flores en las calles,
ni cigarros dorados
en la fuente…
Así te espero.
Tapado de recuerdos y papeles.
Recogiendo del suelo
ilusiones marchitas,
para curar los sueños
de amor y desencanto.
Para sembrar
en los mares del silencio,
en esta noche rota,
los versos más sombríos.
Las oscuras espinas que hieren a mi canto.