Llueve.
Este silencio que me abraza,
grisalla que asciende desde el mar,
no se da prisa; sin ruido innecesario
extiende sus brazos por la casa.
Llueve.
Las horas pasan y giran, raíces
que ahondan en la tierra.
Retazos de niebla “que vienen
y van”.
Llueve.
Lo agradece el limonero, y algún
recuerdo que se limpia con el agua.
Llueve.
Por el mar despierta un claro;
entra la luz, cabalga el viento,
jugando con las gotas en el aire.
Llueve
Lento, se disuelve el adagio.
La lluvia, cumplida su tarea,
se retira.
Deja un silencio iluminado.
9 Me gusta
“Así mo pediron
na beira do mar,
o pé das ondiñas
que veñen e van”
Rosalía De Castro.
Preciosa decadencia … Caen los versos como gotas de lluvia …
1 me gusta
entre lluvía y silencios, tus versos iluminan a quien los lee !!
muy bonito !
1 me gusta
Gracias por tu comentario, Alejandro.
1 me gusta
Mil gracias, María. Abrazos.
1 me gusta
Rraffa
10
Gracias, Victoria. Saludos.
1 me gusta
Preciosos versos.
Me ha encantado.
Rraffa
12
Muchas gracias por tu lectura. Saludos.
1 me gusta
Sinmi
13
Hermoso poema para esta tarde de lluvia, qué casualidad. Abrazos y besos cariñosos.
Lo volvi a leer. Me da calma!Preciosos versos Raffa.
Rraffa
15
Gracias , Sinmi. Un abrazo😀
Rraffa
16
Me alegra que mis versos den calma. Gracias!