Líneas evasivas

Como siempre que decida
entrometerme o no en tu vida
no me negarás una caricia…
No es de mi agrado lo que ha dado el destino,
que no atiende a las cartas que escribo
y así mi osadía se ha tornado en delirio.

Refugio lo poco que es mío,
caprichos de crío,
entre ciertos deslices,
asumido el motivo
que me hizo reírme.
No hay un fin ya posible
y es sufrir la constante
en este mundo enfermizo
que resigna a los padres
a hacer su verdadero oficio…
Te desinflo impalpable
si no te llevan antes tus vicios
a ninguna otra parte
que tanto reclama
de tu alma desastres.

Me aman por ser buen cadáver
cuando aparto la página
a ver qué es que haya,
qué es que ha de haber
esperándome, un trauma
todo junto a la vez
y las paredes que me hablan
un lenguaje que sé
desde hace tanto atrás
que apenas recuerdo
y esto tiende a más
ingrato el remedio:
me he derramar
sobre el mal ya sin miedo
incluso aunque me engañen
con un cielo impenetrable
del que no salen los sueños
ni sus puertas se abren
de acceso a otro hemisferio
del terrenal
que tiene pues su reino
entre mis manos.

Hay grietas donde colarse
es inaugurar una nueva imagen
para los astros en su distancia,
y no más vernos será el trato
cuando así lo pida el caso
después de esta bruma oscurecerme los pasos
que tan simplemente van
siguiendo compases
adonde les traen
los demás de equipaje.
Es quizás equipararse a un ángel
decir estas palabras
pero el que no te contagien
tampoco tendrá gran importancia
en un mundo cadáver
errante en su cápsula.
Invádeme!

Celebro que estoy ebrio
después de todo aquello.
Si caí fue con estrépito
otro día sin remedio
si no llego a ser feliz.
Ya ni qué decir
que termine este infierno
conmigo o sin mí.

Que suba la Luna a su altura
que adentro me apuran
un ciento impacientes.

Absuelta conciencia
de divagar tanto en vano
se siente completa
realmente entregado
su tesoro a esos seres
verdes enanos.
Mejor que cooperes
o te vuelves de lado
dejando los hábitos
para algún tiempo atrás.

Conmigo exhalas
y te vuelves mortal
cortadas las alas
en tu espalda con tal.
Tú morderás
mis ganas de amarte
si te vuelvo a invocar
como antaño en las tardes
que en fin se derraman
sin que nada me alarme.
Quizá sueñes matarme
con un pedazo de este caos
elevado un instante
pero fugaz
que ya pronto es mezclarse
con la inmensidad.
Que nada me pare
cuando te voy a narrar
lo mismo de antes
con otra visual,
así ya el paisaje
se presta a admirarse
y mi ojo distrae.

Yo no me arrojo
si no es conquistar
aún algo tu enojo
a que muestre otra cara…

Busco un símil sin contacto
con los miles y contándolos
entré en vacile y aún no salgo
mientras se avecine el fin de todo obstáculo
en esta vida descartado lo improbable
de esos cálculos
ante la amenaza del asalto
de más altos corsarios
cada día mientras pasa
a ocupar pronto espacio
en esta férrea carcasa
hecha del llanto y del pánico
que perfora algunas redes
pensando encontrarnos
entre demás caracteres
del todo inestables…

1 me gusta