Cariños y broncas van y vienen
como destino de un desconocido,
llenas copa de lujuria de mieles
y el contrapunto de reflejo vacío.
De fuego y de sangre bien henchido
consigues con toda libidinosa maña
puntal que va abriendo el destino.
Reconozco que cuando nos damos caña
limamos desmanes lijando con ahínco.
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