Libertad, oh libertad
para vivir la vida.
Qué grandioso paradigma.
Si estás vivo, vivo,
el permiso ya te la dieron
jamás le preguntes al sepulturero.
Y si no has entendido,
el que te dice quieto
es que quiere seguir siendo tu dueño
o ya está amaestrado
y se está temiendo
que a él también lo dejen suelto.
Pixabay/FreeImages