Y sobre las palabras he viajado.
La viajera feliz de un libro alado.
Fue en un abril cuando llegó la historia
de un incunable guardián de memoria.
De un gran autor de mil días de gloria.
De una novela de luces y euforia.
Los libros regalan trozos de tiempo.
Nos cambian las miradas y hasta el tempo.
Bello relato leído y contado,
palabras dando vueltas en la noria,
es un hermoso y dulce pasatiempo.
Muy bello ese Jotabé
que resalta la lectura
hecho con tanta frecura
como tomarse un café.
Leyéndolo disfruté
su rico y lindo mensaje
envuelto en el mejor traje
de los hecho con gran fe.