Le tengo miedo al recuerdo,
le tengo miedo al olvido,
miedo a saber la verdad
de lo dado por sabido.
Le tengo miedo al silencio
que queda después del grito,
y a la arrogancia del necio,
y a la avaricia del rico.
Le tengo miedo al infierno
que esconden los paraisos,
y al que se viste de torpe
para pasarse de listo.
Le temo al que nunca duda
y al que duda de si mismo,
al valiente y al cobarde,
al príncipe y al mendigo.
Le tengo miedo a buscarte
cuando te tenga conmigo,
y a no mirarme en tus ojos,
y a no morirme contigo.
A la rosa sin espinas,
a las espigas sin trigo,
a la noche sin mañana
y al invierno sin abrigo.
Le tengo miedo a perderme
entre tanto laberinto,
y acabar andando solo,
con mis miedos y conmigo.
Toda una reflexión profunda sobre los miedos y las paradojas de la vida.
En tus letras se explora la dualidad entre el recuerdo y el olvido, la valentía y la cobardía, la búsqueda y la pérdida.
Todo magnífico.
Qué maravilla, qué real y qué cercano.
Bravísimo.
Un abrazo, compañero
Esos octosílabos tan rítmicos le dan un toque bellísimo al leerlo…
Vacías todos tus miedos como una catarsis para huir de ellos.
Magnífico poema , Melchor! Te felicito!
Yo también tengo miedo… Gran poema!!
!
Que certeros versos, el miedo ese sentimiento tan fuerte e invasor que nos contagia de sus abismos!!!
Muchas gracias Alejandro por tu lectura y acertado comentario. Efectivamente juega con la dualidad de los miedos. Un abrazo.
Muchas gracias Ana. Me alegra mucho que te guste. Un abrazo.
Muchas gracias Pedro por tu comentario. Es así, el miedo a lo que no controlamos siempre estará ahí. Un abrazo.
Muchas gracias María. Un abrazo. Feliz día.
Muchas gracias Marta por tu tiempo y tus palabras. Cuídate. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias Wallace. Encantado de que te guste. Feliz día. Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras Ana María. Saludos.
Muchas gracias por tus palabras Paco. Un abrazo.