A mí me gustan las tardes tenues,
aleros solos y anchas ventanas,
donde las niñas cuando el estío
miran caer las hojas pardas.
Cuando las nubes son algodones,
que el viento lleva a su merced.
Y el sol se aleja tras sus colores
y empieza el día a oscurecer.
A mi me gustan las tardes grises,
cuando llovizna y el viento sopla.
Llegan recuerdos, tristes, felices,
y pasan lentas, lentas las horas.