Las lágrimas cauterizan la herida,
acallan los fantasmas
que nos deja la vida;
invocan otras mágicas certezas,
otra rota memoria, donde oculta
el dolor su veneno,
su esencia estremecida.
La presencia del miedo,
de ese pútrido espejo,
desgarra la silueta del recuerdo;
abre las llagas, grises,
de aquella despedida.
Todavía resuenan las palabras;
esas, tercas y efímeras, que nunca
acaban, que agonizan, lentamente,
exhalando el perfume,
sucio, que no se olvida.
Ya la muerte reclama su equipaje,
el dolor, sordo y fiero;
el hondo sufrimiento,
esa última sonrisa enajenada.
Muy profundo. Me ha gustado mucho.
Un abrazo, José Antonio.
Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado. Un saludo.
Bello poema. Saludos.
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Saludos.
Uff cuánta emoción llevan las lágrimas de tus sentidos versos, esas cicatrices del alma que siempre nos trae el recuerdo, poeta!!!
Muchas gracias. El camino se mide por las cicatrices que vamos acumulando. Un saludo.
Qué maravilla de verso, estoy muy de acuerdo además.
Hermoso poema compañero.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu amable comentario. Un saludo.
Cierto,hay lágrimas que sanan y reconfortan. Excelente tu poema José Antonio. Saludos.
Muchas gracias. Somos pasado. Un saludo.
Las lágrimas son el mejor bálsamo para esas heridas. Gracias por el comentario. Un saludo.
Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo.
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
Maravillosos versos. Saludos cordiales.
Esas lágrimas sanadoras…
Una belleza tu magnífico poema!
Buen día, José Antonio!
Muchas gracias. Las lágrimas son un bálsamo cintra el infortunio. Un saludo.
Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo.