Las plazas de mi infancia; esas vías
hondas, desordenadas y dormidas;
de luces derramadas y perdidas,
donde la turbia noche se encendía.
Las calles que acotaban fantasías,
sueños; esas epopeyas,fingidas,
que los niños construyen con transidas
mariposas de sangre y celosías.
¿Dónde están esas luces, esas rosas
de los viejos parterres?¿Qué dichosas
maravillas nos dejan las canciones?
Queda un leve perfume de violeta,
la risa de un chiquillo, la secreta
presencia de esos íntimos rincones.