hubo un tiempo sin prisas
hubo un tiempo donde el mal era ajeno
tiempos de sueños
tiempos de dientes caídos y no rotos
tiempos de dolores extraños que pasan de lado
tiempos de deseos en los que no sabes qué pedir
hubo un tiempo de empeño
hubo un tiempo de gracias y daños soportables
tiempos sin tiempo
hubo una época salada que se escapaba cada año,
como la arena entre las manos. O el agua
hubo un tiempo en el que las despedidas y los aranceles
estaban esperando su turno, con calma
tiempos de derrotas dulces, llorar y dejar llorar, hasta la última lágrima, salada
hubo tiempos donde la rabia salía con un grito y se callaba
hubo también un tiempo en el que las rarezas ya eran personas
hubo un tiempo que habíamos manoseado la felicidad y cuando se hizo bola creímos poder seguir dando patadas
ya ese tiempo no está, y nos vinieron de golpe el odio, los presagios, la lluvia sin colores, el algodón con sangre, la melancolía, la ceniza, los solicitantes que te exigen, los rumores ignorantes, la tibieza, las noches insomnes, los tiempos prestados, la osadía, las bienvenidas…
y ahora vamos a aceptar el augurio
y a hacerlo fiesta, sin farolillos, sin luces de colores,
y ahora que el tiempo quema, y el viento
viene desposeído de ligereza
ahora, esperando en esta especie de lapso de morriña, es justo ahora el momento, ahora es el momento del contigo y del conmigo, el momento de otros tiempos, las bienvenidas
estoy encantada de poder estar aquí