Las 13 Rosas

Trece rosas marchitas,

aún con sombras de barrotes

marcadas a fuego en sus mejillas,

sienten apagarse la luz de sus ojos,

ahogarse en sus lágrimas desaladas.

Trece primorosas rosas yacen

a los pies de un cementerio

que en su alma luce un crespón negro

y una bandera a media asta

ondeando a los cuatro vientos.

Trece rosas segadas con balas

hasta dejarlas yermas,

sin pétalos ni espinas,

desangrándose en un paredón

en la flor estival de sus vidas.

¡Ay Carmen, Martina,

Blanca, Pilar y Julia,

¿quién os condenó

a quebrar vuestras raíces

para que no dieran más frutos?!

¡Ay Adelina, Elena, Ana,

Virtudes y Dionisia,

¿quién sentenció que no merecíais

seguir en edad de florecer,

de perfumar el aire con olor a rosas?!

¡Ay Joaquina, Victoria y Luisa,

¿quiénes azuzaron su odio,

hasta heriros de muerte,

sin terneza ni compasión,

como si la vida no valiese nada?!

Malditos sean por los siglos de los siglos

aquellos que empuñaron sus fusiles

para saciar su sed de sangre;

para descerrajar sin miramiento

ese aire de libertad y rebeldía

que voceabais hasta quedaros mudas;

para teñir de un intenso negro

esas trece hermosas rosas

que alumbraban el cielo

de luces rojas, amarillas y moradas.

En memoria de Las 13 Rosas, fusiladas, el 5 de agosto de 1939, en la tapia del cementerio madrileño de La Almudena

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Un sentido homenaje, a ellas y a lo que significa la República. Siempre vivirán entre nosotros. Un saludo.

Esa era mi intención. Un afectuoso saludo

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Traes un conmovedor homenaje a las trece rosas, lleno de dolor y belleza.

Me parece que tus versos reflejan muy bien el horror y la injusticia de su destino con poderosa intensidad.

Muchas gracias por tus preciosas palabras