Esos lapsus cotidianos,
tristes fallos de memoria,
de a poco cambian la historia
del eficaz ser humano.
Ya sea joven o anciano,
víctimas de distracciones
que en minutos o fracciones
dejan todo de la mano.
¿A qué vine a la cocina?
¿Al mercado sin cartera?
¡Desordenada rutina!
Lo que no ocurre aunque quiera
¿dejar el móvil abandonado
antes de llegar a la esquina?
19-01-2023
Edel@vateignoto
Foto Xataka Android
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Muy bonito soneto y cierto, con la edad va creciendo la frecuencia de esos fallos cotidianos.
Saludos poeta!
Y no es solo cosa de la vejez…
Nadie nos libramos de esos lapsus de memoria, de esos despistes.
Buen soneto, Edel.
Te mando un abrazo
Bien expresado, con un toque de humor. Así mejor…
Tema real como la vida misma.
Es lo que trae la edad.
Un beso.
Sinmi
6
Sin duda, a todos nos pasa y tú lo has dicho de una forma magistral. Es un gusto leerte. Saludos cordiales.