Silencios entrelazados en recónditos te amo
en un cielo donde solo los cuervos me miran
sobrevolando entre las galernas del antaño.
Hay alondras que planean sobre estos días
y ríen al sentir el pálpito con solo verte
ingobernable y constante deseo en esta vida.
Queman la piel las penas que se nos adhieren
adioses en el campo de reproches las semillas,
deslizantes horizontes se alejan y se pierden.
Lloran lágrimas verdes mis campos al no verte.
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