Carentes por supuesto de alegrías
a diario se revelan mis entrañas,
quizás porque hasta el moño de castañas
harto estoy yo de lágrimas vacías.
Si es que a propósito muy mal harías
que me cuentes patéticas patrañas,
con las cuales sellar las artimañas
entre apaños e insanas ironías.
Pues sonadas parecen las sospechas
ante las cuales nadie se conmueve
si suculentos son los beneficios,
que las arcas explotan satisfechas
cuando a negarlo nadie igual se atreve
al ser los privilegios vitalicios.