Hay una herida abierta a lo largo del diafragma. Es un chicle incapaz de inflarse, aire y sangre dulce se escapan entre cada costilla.
Es una sonrisa irónica de los huesos, espían mis ganas y las estrangulan hasta silenciarlas.
Abandono de dioses trileros.
Soy hoja a la deriva en días de vendavales. Entre agua sucia de aceras, circula a trompicones esquivando esquinas.
Desagües urbanos donde desaparecen barquitos de papel mojado.
Desastres de amores entre ramas de almendro carbonizado. Extinto.
Cenizas.
Salidas sin huellas.
Fin del camino por sorpresa, entre gasas y promesas falsas. Ruina moral.
Cuchillas.
Engaños tuertos.
Mares muertos.
Como tus besos.
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Ay, salerín. La luz y la oscuridad se complementan, las sombras muchas veces hacen que resalte más la luz. Besines de domingo 
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Minada
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Muy bellos y metafóricos versos, llenos de dolor y de olvido, compañera!!!
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Gracias por tu paseo por mi rinconcito, te deseo un feliz domingo 

"Soy hoja a la deriva en días de vendavales. Entre agua sucia de aceras, circula a trompicones esquivando esquinas.
Desagües urbanos donde desaparecen barquitos de papel mojado."
Preciosa manera de exponer las heridas del alma…
Me gustaron tus formas y tus fondos, poeta! Te sigo leyendo.
Abrazo fuerte, Jana!

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Las heridas del alma son las que menos se ven y más sangran. Pero también las que curan con más bondad y más luz renovada.
Besitos, María 


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