La visita

Llegó por sorpresa, nadie lo esperaba. El coche se detuvo frente a una pequeña casa destartalada en la Cañada Real. El rey bajó del coche, acompañado por sus escoltas.
Un grupo de niños se acercó a él, curiosos. El rey les sonrió y se arrodilló para hablar con ellos.

  • ¿Cómo os llamáis? - preguntó.
  • Yo soy Juan, - dijo un niño de pelo negro y ojos marrones.
  • Yo soy María, - dijo una niña de pelo rubio y ojos azules.
  • Y yo soy Luis, - dijo un niño de pelo castaño y ojos verdes.

El rey habló con los niños durante unos minutos, haciéndoles preguntas sobre sus vidas y sus sueños. Los niños estaban encantados de hablar con él.
Después, el rey se levantó y se dirigió a los adultos que estaban presentes.
Los adultos se quedaron boquiabiertos. No podían creer que el rey estuviera allí, en la Cañada Real.
El rey habló con los adultos durante un rato, escuchando sus preocupaciones y sus reivindicaciones.

  • Prometo que haré todo lo posible para ayudaros, - dijo.

La visita del rey fue una inyección de moral para los habitantes de la Cañada Real. Se sentían escuchados y apoyados por su rey.

Esto es solo una fantasía, pero ojalá pudiera ser verdad.
Pero, los reyes son reyes y no se permiten mancharse los zapatos de barro.

3 Me gusta