La viña encantada

Cuenta una antigua leyenda
que los viejos del lugar
sintiendo su final cerca
escuchaban la señal

Era una voz que llamaba
desde atrás del encinar
allá donde están las viñas
que nadie quiere mostrar

Poco antes de anochecer
prestos dejaban su hogar
cual niños iban cantando
impacientes por llegar

Al pisar la fértil tierra
sentían allí enraizar
hincando pies en el suelo
queriendo cepas formar

De los dedos de sus manos
transmutados en sarmientos
brotaban las verdes hojas
y los zarcillos traviesos

que amarrándose con fuerza
enfilaban hacia el cielo
procurando buen albergue
a los racimos soñados

Y así es como aquellos hombres
los devotos viñadores
que en sus predios derramaron
su pleno saber y ser

son hoy venturosos huéspedes
de una tierra enamorada
que los cuida con primor
en su perpetua morada

Según dicen los que saben
ésta es la historia real
que hace mucho dio la vida
a la noble uva bobal.

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Lo percibo como un poema lleno de misticismo y conexión con la naturaleza.

Se palpa la leyenda como viva, enraizando el alma con la tierra que se ama.

Muchas gracias, Alejandro, por tus siempre certeras interpretaciones.

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Interesante la leyenda de los creadores de la materia prima de la algría. En mi vida había visto una viña en persona , las uvas en la plaza por navidad, pero hace 24 años emigré a Tenerife y no sólo las he visto, en ellas he trabajado y hasta las he pisado en un lagar. Ya se ven pocos por la tegnología impuesta. Enhorabuena amigo, ¡qué gusto leer tus versos como salidos de tu alma!

Muchas gracias, Edel Vicente, por tu comentario a mi viña encantada.

Es una preciosa historia hecha poesía…no hay nada como enraizar y acabar formando parte de la tierra, en esa hermosa viña de versos…
Me gustó mucho, muy original!

Un abrazo, Antonio. Buen fin de semana.

Muchas gracias, Maria. Me alegra que te haya gustado.

El hombre arraigado a la tierra como la propia vid.
Ambos de la mano arraigados a la vida.
Bellísimo poema.
Un saludo cordial Antonio.

Muy amable, José Antonio. Gracias.

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