Tu sombra se ha esfumado,
ha hecho contrapeso
con mis remotas ganas
de no saber de ti.
Qué suerte tuve al haberme perdido,
qué infamia fue encontrar paz
dentro de la mazmorra del miedo
y justo en ese instante
decidí vivir sin pretensiones.
Mis pasos se confunden
con el viento, cálidos están
los siento arrullarse
entre los vaivenes del ayer
y las huellas del ahora.
Todo lo que no recuerdo
permanece muerto;
tu voz es inerte a mis oídos
y la mía es una onda
que vuela sin consuelo.
El diablo frecuenta soledades
decía Cerati…
La soledad sabe todo de mí
y no me asusta su presencia
mi único tormento
son los silencios que viven en ella.
No es que la soledad te atemorice. Son sus silencios los que te afligen.
Y es que los silencios son las espinas de los tallos de la soledad.
Hermosos versos
Bello poema!
Abrazos cariñosos, Jessica!
Algunos compartimos ese sentimiento de liberación, y aprender a vivir con uno mismo, a gustarse es una preciosa sensación, aunque entrañe graves silencios.
Muy bonito
Qué bien expresado el intento de olvido,el silencio,la soledad…creo que para el diablo también es apetecible la euforia,el vicio,la festividad…y el silencio puede depurarnos de tanta máscara… Saludos, jessiamari!!
Excelente poema, toda una bella introspección.
“El diablo frecuenta soledades
decía Cerati…
La soledad sabe todo de mí
y no me asusta su presencia
mi único tormento
son los silencios que viven en ella.”