Es muy hermosa esa poesía que construyes delicadamente, desde lo recovecos del alma, tus paisajes están marcados por la desesperación, de una soledad impuesta por la existencia. Todos tenemos un espacio donde caemos arrastrados por la vida y es ahí donde nos hacemos fuertes y nos convertimos en lo que somos y seguramente seremos para siempre. Un gran poema, Marta. Un saludo.
Baila con todas las ventanas del corazón abiertas. Que llegue la luz hasta el último de los rincones. En realidad… cada uno estamos solos, pero juntos somos todo. La vida es de principio a fin y en ese paréntesis hay que bailar… siempre hay que bailar.
Que preciosidad de versos!!!, ese baile de la vida que a veces nos toca bailar solas, descubriéndose a una misma, sobre todo con los tropiezos pero haciéndonos crecer como seres humanos, amiga!!!