La traición

Ya traicioné, sin duda, aquellos versos
dichos en una tarde que no tiene
fin; y, que por lo visto,
dentro de la desdicha, me sostienen,
en la quietud dormida
de una rota promesa que no muere.
Tanta música rota, al borde mismo
del silencio, recuerda, con su breve
murmullo adormecido,
las palabras que duelen,
que construyen derrotas infinitas
bajo un cielo inclemente.

Detrás de las mentiras,
de los días gastados, de la nieve
que nada significa, sólo queda
la sombra que nos teje
este frío sudario,
estás voces ardientes
consumando la gélida caricia
de aquel que ha traicionado, con su mente,
con sus labios, aquello que más ama.

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Se percibe en tus letras un lamento profundo.

Letras donde el eco de la culpa y la traición se transforman en una música dolida, casi eterna.

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Muchas gracias por tan certera y justa apreciación del poema. Un saludo.

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