La siesta en un caluroso día de primavera

Esa sutil abertura,
en imaginados labios,
sutiles carnosos,
nervioso,
aumentan lascivo,
el grosor de mi pasión.

Y,
así,
íngrimo espero,
extendido excitado,
la erupción apasionada,
de una vida truncada.

Al fin,
exhausto,
imagino mis labios,
fierro candente,
dejando la marca,
en tu frente ardiente.

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Comentarios generosos, como siempre.
Abrazos, Nora.
Andrés.

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El ardor apasionado sublimado por acción de altas temperaturas al fuego del amor!
Bellos y significativos versos, Andrés!
Un poético y cariñoso saludo!

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¡Me encanta tu descripción!
Poéticos saludos.
Andrés.

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