Esa sutil abertura,
en imaginados labios,
sutiles carnosos,
nervioso,
aumentan lascivo,
el grosor de mi pasión.
Y,
así,
íngrimo espero,
extendido excitado,
la erupción apasionada,
de una vida truncada.
Al fin,
exhausto,
imagino mis labios,
fierro candente,
dejando la marca,
en tu frente ardiente.