Hoy la pobreza actúa de mordaza
que expresarse al mendigo no permite,
si con nadie se enfrenta ni compite
ni pretende contar con otra baza.
Porque siendo asesina la amenaza
por todos los rincones está al quite,
sin que evitar ningún Moisés lo evite
cuando en cualquier lugar se le rechaza.
Pues no creo que ser pobre se elija
como una opción que la razón valore
por preservar incólume la herencia,
porque algún rendimiento se le exija
aunque la forma de medrar ignore
y a maldecir le lleve su existencia.