“Confieso que he vivido”
el verso que Neruda le cantaba
con su voz al olvido…
…y al olvido dejaba
su otra voz que de Gouda lo llamaba.
La hija olvidada por el nobel de Literatura murió el 2 de marzo de 1943 en Gouda, donde está enterrada, lejos del mar donde crece la flor de la Malva Marina. Tenía ocho años. Su madre, a través del Consulado de Chile en La Haya avisa a Neruda de la muerte de la pequeña y le pide reunirse con él.