Inesperadamente se me cayeron
en el mar del olvido los rosales pardos
que punzaban mi mente y que aromaban
yertos jardines ocres.
Inesperadamente…
Sucumbieron al paso de nuevos soles,
de nuevas primaveras, de nuevos ojos.
y con ello nació nueva semilla.
Inesperadamente fue para bien,
ya que nuevos fulgores pecho iluminan.
Y al hoy, cielos eclipsan lechosos astros
inesperadamente.
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Tali
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… sin más palabras, Santiago.
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Sinmi
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Muy lindo!!
Encantada de leerte. Saludos cordiales.
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Si aromaban jardines, éstos no eran tan yertos entonces… ¿qué jardín yerto se ha visto que tenga aroma? Hay una paradoja en esta estrofa…
Gracias. mis saludos
Muy lindo y con un mensaje de esperanza!!!
Saludos poéticos,
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