La noche se hace de día

Y como una pluma sin rumbo
me entregué
al vacío,
olvidé el peso de la angustia
mientras las heridas
se abrían entre sí,
Y ríos de sangre
comulgaban con el perdón.

Mi lucha se hizo interna
nunca quise
estar atada a un solo corazón,
y la libertad llegó
en forma de autodestrucción.

La culpa voló alto
y no hubo vértigo
en mi superficie,
no lamento su partida
en mi calma
hay sueños que brillan
aun, cuando la noche
se hace de día.

Y los días culminan con copas de vino
en mi boca,
gota tras gota se va inundando
la memoria
aun, hay calma cuando la oscuridad
entra por la puerta.

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Oscuridad entrando por la puerta, y sueños que brillan aún tras la muerte de una noche. Inmensos cambios denotan tus versos. Terremoto a la meditación. Aplausos para ti.

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Lindo escrito:

Ese pensamiento me atrae en sobremanera.
Saludos cordiales.

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“Y los días culminan con copas de vino
en mi boca,
gota tras gota se va inundando
la memoria…” sublimes versos…Enhorabuena.

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Un poema muy liberador. Saludos cordiales, compañera!

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Precioso. Saludos poéticos.

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Hola @Deisak, muchas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo.

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Te agradezco el comentario, @LauroArturo :smiley: Gracias por tu lectura.

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¡Gracias! Feliz estoy que te hayan encantado mis versos. Un saludo :smiley:

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Muy gentil compañero, gracias! :wink:

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¡Muchas gracias!
Un gran abrazo para ti.