La niebla no quiere

La niebla no quiere
dejar a los campos,
el suelo se carga
de lluvia y de barro.

En esta mañana,
de invierno en, que estamos,
enero nos dice
que pasa de largo.

Que corren los días
y no nos durmamos,
que el tiempo se pasa
y viene otro año.

La vida prosigue
y deja de lado,
las fiestas, las luces,
comidas, regalos…

Fragmentos de tiempo,
segundos robados,
que ya son historia,
con ecos y pasos.

Vivimos la vida
con freno de mano,
vagando sin rumbo
por pisos con fango.

Y obviamos suspiros,
susurros alados,
huyendo de un mundo
que escapa a las manos.

La niebla, en los ojos
nos ciega en el llanto,
y así precisamos
el beso y el labio.

El labio del cielo
y el beso robado,
igual que un poema
que emite su canto.

Rafael Sánchez Ortega ©
03/01/25

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