Tu época fue testigo
de la floración de mi arte
y tu partida me dejó marchito.
Ya no hay versos en mi jardín
que regar y podar con mimo.
Solo árida y huérfana arena.
Una tierra yerma que arde
en lo más profundo de mi ser
y me pide a gritos que la abreve
con bellas y contundentes palabras
que mis labios han olvidado pronunciar.
Me pide a gritos que le devuelva
alguien quien ya no soy.
Un páramo que será la tumba
de mis sueños de poeta
y de todo lo que en el tintero se quedó.
Desde mi interpretación descubro entre tus letras un reflejo de la pérdida de inspiración y creatividad en la vida del poeta tras la partida de alguien especial.
Se palpa ese vacío en la capacidad de expresión poética con la metáfora del jardín marchito y la tierra yerma.
De esta manera, tu poema transmite una profunda melancolía y anhelo por recuperar la chispa creativa perdida.