La muchacha triste

Se para el viento sobre su cara.
Un remolino intenta secar la lágrima
camino de un pañuelo usado
mientras un avión de papel
aterriza a sus pies lánguidamente.
Esta tarde de abril suena en mi móvil
la nostalgia del saxo de Ben Wester
haciendo un inesperado juego
con el triste rostro de esa muchachita
que nos ha parado
al viento y a mí, para mirarla.

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