Recuerdo aquel momento
en que mi mirada
recorría el horizonte
con mis ojos perdidos
en el tiempo inquieto,
buscando la morada
de mi sueño, y como
en el acantilado de la vida
encontró esa mirada
de soslayo, tuya
la mirada de unos ojos
café con leche
que todo lo cambió
cuando tuve la osadía
de mirarme en su mirada
acortando las distancia
del espacio en milímetros,
de detener el tiempo
con la sorpresa del asombro
de dejar que nuestros cuerpos
se conocieran sin reparo,
mis ojos oscilaron,
los tuyos temblaron
nuestras miradas tiritaban,
cuando nuestro cuerpos
se presentaron
en el saludo del abrazo
no hubo diálogo
nuestras palabras huyeron
y nuestro silencios hablaron
y la mirada del sueño
se convirtió en mirada eterna.
Pippo Bunorrotri 30/03/25