La manzana de Adán

Temo que si Dios existiera

no festejaría este mundo

que vaga a la deriva

en tumultos de desconciertos

y que apenas es sombra

de su propia sombra lejana

con el desdén y desprecio

a su hermosa obra divina.

Colapsaremos, sin duda,

pagando un alto precio

por la desidia dañina

y el afán pernicioso

de avanzar, directos, hacía abismo.

Somos patógenos ignorantes

que han invadido el manto verde,

se han extendido voraces y diligentes

y han consumido el paraíso,

capaces, incluso, de reclamar el apelativo

de seres inteligentes,

¡qué ironía!

La manzana de adán

no es, sino, una metáfora premonitoria,

donde la manzana es nuestro planeta

y adán el primer hombre

que le dio a la tierra un mordisco

y después,

ya sabemos la historia…

Aunque preferimos imaginar otro relato

más complaciente y humano;

“que no somos cómplices y verdugos

de ese primer pecado”,

así limpiamos la conciencia

pero, a cambio entregamos,

como legado envenenado,

la confortable negligencia.

9 Me gusta

Bello poema y hermosa reflexión. Un saludo.

Muy bien hilado tu relato poético. Interesante y reflexivo, tu bello poema.

Gracias Jose Antonio, me alegro que te guste, saludos.

Gracias Lucía, te agradezco tus generosas palabras. Abrazos. :blossom: :hibiscus:

Muchas gracias Magdalena, agradezco tu halago, abrazos. :blossom: :blossom: :blossom:

1 me gusta