Un milagro inunda la mañana
La luz del alba ilumina las montañas
La niebla teje el incierto cauce del rio
Turbulento se mece en la nostalgia
El jacinto baila sobre el agua
Los rayos de sol atraviesan las lagunas
Llena de euforia florece la victoria
Esbelta, orgullosa hacia lo súbito
La hierba se tiñe de dorado
El viento murmura a las alondras
Las monarcas van buscando las estrellas
El eterno amata de la vida nace entre la lluvia
Las gotas bendicen los retoños
El blanco loto emerge desde el fango
El nenúfar suspira en el torrente
Los capullos son perennes
Juveniles, desesperados
Surgen buscando un nuevo día
Los pétalos marchitos se esparcen en la brisa
El fruto maduro rueda bajo el árbol
La caléndula germina
La mañana se pinta de colores
El trigo se balancea frágilmente
Los dientes de león se esparcen en el aire
Dan nacimiento al ocaso
El dedal de oro brota
Cada flor es un millón de atardeceres.