LA LUNA (Romancillo)
La luna me mira
con ganas de amar,
mientras me distraigo
como es habitual;
pensando en mil cosas
que roban mi paz;
con la cara gacha
no sé dónde está.
La luna intranquila
me llama a la fe
pero en mis sentidos
no presto interés.
No se rinde fácil
en su parecer:
que alcance a notar
su luz en mi piel.
La luna se pone
encima de mí;
me sigue radiante,
soberbia y feliz.
Andando en las calles,
su blanco marfil
mis ojos cansados
logró seducir.
La luna pregunta:
–¿Qué pasa, mi amor?
¡Mírame, aquí estoy!
Después saldrá el sol.–
La observo y respondo
cortado de voz:
–¡Verdad que eres bella!–
Y todo calló.
La luna se esconde
sonando el cucú
y alegre yo espero
solo por su luz.
Durmiendo de día
dejando mi albur
a noches de luna
en un cielo azul.
David Contreras
Valencia, Venezuela
(07-06-21)