A esta hora de la noche
donde las estrellas brillan
y las luces de la ciudad
atemperan la oscuridad,
la luna llena, blanca ella
baja hasta la playa
intentando enamorar a las olas,
se baña en la brisa del mar
acaricia la espuma blanca
de su enamorada
que van y vienen a sus pies,
se tumba sobre la fina arena
susurrándole a las olas
palabras de amor,
caricias de enamorada.
La luna contempla el ballet de la desambiguación de las olas, diciéndose para sus adentros: Te seduciré, te amaré y te querré siempre, eres mi pasado, mi presente y también mi futuro, conseguiré que un día me ames y me quieras como yo te quiero a ti. Te prometo que jamás forzare tus sentimientos, pero haré todo lo imposible por conseguirte, derramare en ti todo mi deseo con toda mi pasión, y confió y espero que me será devuelto con la misma dignidad.
Las olas no replicaban
sabedoras de que la luna
las contemplaba ensimismada,
ellas iban y venían
dejando un beso de sus labios
en el pálido rostro de la luna
llevándose un suspiro,
convirtiéndose la noche
en testigo de besos y suspiros,
en el horizonte del mar
el amanecer aparece,
la noche se esconde,
la luna se retira, y
las olas pleitesía
deben mostrar
al rey sol,
hasta la noche siguiente
en que la luna
baje a la playa.
Sinfonía de Sentimientos
Pippo Bunorrotri.