El tiempo nos barre,
nos empuja, nos amenaza,
siendo la cadena plateada
de su reloj de bolsillo,
ese que marca los segundos
de nuestra vida
desde el primer llanto.
Nos quemamos,
hasta convertirnos en tizones,
en la llama del sentir
reduciendo a cenizas
las sombras de los sentimientos
de lo que hacemos y somos
alimentando las heridas
de nuestros llantos.
Pasamos el tiempo
persiguiendo lo perdido
como si eso fuese
la verdad que deseamos
abrazados como recién nacidos
a nuestra propia sombra
siendo su sombra.
El tiempo es un juez,
severo,
su justicia aplica,
sin recelo,
a nosotros que robamos
los segundos, los minutos
de un reloj que no es nuestro
sino de la existencia de la vida.
Otro de esos poemarios que han estado aparcado en las estanterías… En septiembre habrá noticias Publicaremos nuestro primer poemario.
Gracias @mariaprieto Buen día. Saludos:rose:
El tiempo no es ciego como la justicia,
(ha visto cada segundo de su trayectoria)
por si alguno que otro sufre de presbicia
el tiempo marca su paso en la memoria.
aplausos @Pippo .
P.D lo invito a que presente sus poemarios en la próxima edición de feipoll 2024, que ya estamos organizando. saludos.