La hermandad de los bribones

Llenó el río la represa
hoy me sacio yo primero
tomando el agua que quiero
es prebenda deliciosa
que cada poco regresa;
aunque tú estés muy sediento
aplaca tu desencanto
en este santo lugar
todos podemos medrar
pronto estarás bien contento

mejor que no te impacientes
y no nos hagamos daño
lleguemos a un buen apaño
no somos tan diferentes;
seamos, pues, complacientes
lo que importa de este trueque
es que el río no se seque
dejemos que el agua fluya
hoy mía, mañana tuya
y que nadie más predique.

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Un poema afilado como navaja.

Entre versos y metáforas, destilas la ironía de un pacto incierto.

Gracias, Alejandro, por comentar mi poema de bribones.

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Muy bueno​:clap::clap::clap:

Gracias, Miguel Angel.

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Un pacto para aprovecharse a “pachas”, décimas muy pícaras, me ha recordado al ingenio "elocuente de Quevedo!!!:clap::clap::clap:

Muchas gracias por leerme, Ana María. Me honra mucho tu comentario, aunque soy consciente de que Quevedo está en el Olimpo, y yo, solo en el suelo.

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Excelentes versos!! Felicidades :clap: :clap: :clap: :clap:

Muy amable, Sinmi. Gracias.

Versos llenos de ironía y agudeza que reflejan muy bien el mundo de hoy (y de siempre). Saludos.

Muchas gracias por tu comentario, Rafael.

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