Las voces se fragmentan
en pequeñas muertes
que incineran todas
las claridades de lo posible.
Instante de contemplación:
el tiempo ya no canta;
la noche cae.
Mi plegaria desesperada
se expande como sombras
en la noche fúnebre.
¿Cómo no llorar
hasta morir?
¿Cómo no extirparme
este miedo que me ahoga?
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Un poema que grita desde las entrañas.
Un grito que es como una confesión oscura y desgarrada donde la noche se hermana con el desconsuelo.
Bienvenido de nuevo Lautaro.
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Sinmi
3
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Bello y oscuro poema entre las sombras…
Bienvenido de nuevo, compañero.
Un saludo, Lautaro!