La fuente habla con la jerigonza de una celosía

Sí, hay un dulce tintineo revoloteando en el aire…

El agua cascajea
en una hermosa melodía celosíica
que nos envuelve y disfraza
las tertulias de amor
embancados en el mármol.

En el jardín —los rincones de sombra—
se teje una redecilla de murmullos taninos
sonidos cristálicos
que enmascaran
la verdadera veta de los instintos carnales.

Urbano es el gesto que nos atrae
y estando cómodos, nos acomoda
hacia un enredo delicioso de charlas sugerentes
las voces se hacen bajas
gravísticas como la lignitocidad del roble
allí, donde materos copiformes
urnísticos y anforales como las romanas griegas
repujados en molduras ennegrecidas
por el moho húmedo
fluyen vegetalísticas formas de folio acorazonado
como en un potámido flujo
de azuladas
y ramillísticas hortensias.

Allí, hay una antigua fuente encopada
donde el murmullo
camufla
el irrefrenable deseo de los tímidos amantes
charlando a lo mudo
entre las rejas de intrincados arabescos.-

Chane García.
@ChaneGarcia

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